sábado, 3 de septiembre de 2011


Jugábamos a ver cual era el primero, jugábamos a ver cual de los dos ganaba la cifra más alta de dinero. Jugábamos al póquer a media noche, bebíamos el whisky más frío de las calles, gritábamos entre coches cuando todos dormían... Quizá fue el error, ese de que a mí me gustara más ese licor, quizá me equivoqué al ver mi cara en el As... simplemente a lo mejor el reloj de arena se había dejado uno de sus granos entre sus brazos...
Le mostré mi lengua sin temor a lo no visto pero siguiendo la línea de la  raya de mis ojos, seguía yo ahí, sin moverme, no me daba cuenta, el tiempo había finalizado...




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