Y llega un día en el que me canso. De seguirte el rollo. De hacer todo a tu manera. Y justo cuando decido darme por vencida, decirme a mí misma que puedo contra ti vienes tú con esos ojos que me enamoraron. Y me derrumbo. Otra vez a la rutina. A la de ser tu muñeca. Y no poder hacer nada teniendo tus ojos amenazando mi corazón...
No hay comentarios:
Publicar un comentario