viernes, 18 de noviembre de 2011

Vivimos el empiece pero no habrá final.


No me digas que no se puede, no me niegues que sentiste lo mismo que yo varias veces.  Que el quererte es algo habitual del día a día pero el amarte es en precisos momentos en el que el corazón late, late más fuerte por tu presencia. 
No voy interrogarte y quizá tampoco sea la hora de apuntar lo que hice mal...
Porque no fue así, porque no soy como ideaste, quizá te equivocaste... o quizá no. Eso de que no soy tu Cenicienta. Mentira. Desde el principio del cuento lo he sido. Y lo sigo siendo.
Y aquí estaremos y seguiremos hasta que encontremos una razón por la que mirarnos a los ojos y admitir que nos queremos; hasta ese momento, sabemos que esto es eterno.




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